Acabada la época de los premios con los Oscars como colofón, comenzaban a llegar tímidamente a la cartelera londinense las películas de la nueva temporada. Las primeras producciones estrenadas este año compartían un común denominador: la mayoría pertenecen a la pedrea de la temporada pasada –aquellas que se concibieron originalmente para optar a premios y galardones, pero cuyos resultados no propiciaron el gasto que la costosísima campaña promocional para premio conlleva-; otras pocas se habían quedado en el tintero de la distribución. Nuevos blockbusters en 3D y alguna que otra sorpresa documental completaban la oferta cinematográfica durante el mes de marzo.
Nuestra película favorita del mes pertenecía a esta última categoría. “Exit Through The Gift Shop” (‘Salida por la tienda de regalos’), el documental que en teoría se le dedica a la obra del conocido artista callejero Británico Banksy, pero que el mismo artista convierte muy inteligentemente en una crítica mordaz al modo en que se mueve y promociona el arte en nuestros días. Para ello cuenta la historia de un obseso de la grabación en video que comienza a filmar a varios conocidos exponentes del street art, lo que le conduce a conocer a Banksy , quedando tan impresionado que se auto-transforma en uno de ellos con el apodo de ‘Mr. Brainstorm’.
El modo en que prepara su exposición de arte “a granel’ en Los Angeles y el gran éxito en el que se convierte gracias al hype con que la prensa lo lanza resulta tan ridículo como fascinante – La misma Madonna le contrató para diseñar la portada de su último disco recopilatorio. Al final del documental, seguimos sin saber mucho sobre Banksy, quien conserva su misterio y su celosamente protegida identidad, pero tenemos un verdadero filón de cínicos motivos para la reflexión sobre el arte actual.