Entre los momentos clave del año 2000 encontramos los bellos y gélidos paisajes sonoros de este combo Islandés, con sabor a nostalgia y auroras boreales, quienes se hicieron tan famosos que por un momento temíamos que Hollywood sustituyera con ellos a Enya cada vez que necesitaban la banda sonora para un blockbuster fantástico. Afortunadamente, Sigur Rós no sucumbieron totalmente al mainstream y su reciente giro hacia el pop-folk colorista, no muy lejos del de Animal Collective, subrayaba la esplendida evolución de uno de los grupos que ha definido el decenio.