El Segundo disco de Bill Callahan resultó una proposición mucho más sólida que el debut bajo su propio nombre. El aclamado compositor de Smog nos ofrecía su mejor trabajo desde “Dongs Of Sevotion”, recuperando buena parte del habitual tono íntimo que se ajustaba perfectamente a su distintiva voz de barítono. La crítica saludaba a “Sometimes I Wish We Were An Eagle” como la vuelta a su estado de gracia. Y canciones como “Jim Cain “o “Eid Ma Clack Shaw” confirmaban ampliamente su buen momento de forma.
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