Ya entrado el milenio Blonde Redhead experimentaron una metamorfosis que les hizo pasar de seguidores de la escuela noise Sonic Youth a la de indie-pop lujosamente producido en 4AD, con notable mejora. Desde entonces quizás su mejor disco haya sido “Misery Is A Butterfly”, pero la etérea belleza del tema que titulaba su último esfuerzo se lleva nuestro voto.